martes, 20 de mayo de 2008

EL CENTRO DE ACOGIDA ATIENDE DIARIAMENTE A CINCUENTA PERSONAS.

El Centro de Acogida San Juan de Dios tiene una capacidad de atender diariamente a cuarenta personas dentro del Programa de Acogida Nocturna, pero además más de diez personas son entrevistadas al día solicitando cualquier tipo de ayuda.

Málaga, la capital de la Costa del Sol cuenta con un gran número de visitantes y de población, cuenta con una gran riqueza turística, patrimonial, económica, social,… al parecer Málaga puede ser la capital soñada para muchas personas. Málaga es una puerta abierta al empleo, a la diversión, a la buena vida,…Málaga fuente de riqueza y cada vez la población va aumentando en cantidad.
¿Pero qué se esconde detrás de todo esto? Cualquier capital de España esconde su cara más desagradable y Málaga no va a ser menos: cuando todas las luces de los escaparates se apagan, cuando la Calle Larios y los centros comerciales cierran sus puertas, cuando en las grandes entidades bancarias dejan de circulas personas, hay un colectivo de personas que buscan donde pasar la noche, estos son, los marginados sociales de Málaga. Nadie de los que por las mañanas han estado utilizando estos servicios saben que de noche hay ciertas personas que lo utilizan para dormir porque no tienen a donde ir, nadie sabe sus nombres, nadie sabe ni de dónde vienen ni a dónde van, nadie sabe qué les ha podido llevar a mendigar,… sólo se sabe que cientos de personas mueren en las calles de España diariamente muertas de frío, de hambre,…
Estas personas han llegado hasta este punto porque no han encontrado un empleo, porque algunos de sus familiares han muerto y no han sabido seguir adelante, porque tienen problemas con las adicciones, porque han tenido que abandonar su país para buscar un futuro mejor, porque no han sabido llegar a la normalización de su situación,… la cuestión es que hoy día con lo avanzada que va la sociedad todavía hay gente que está pidiendo en las calles, que no tienen una vivienda digna como la propia Constitución lo mantiene como un derecho de todo ciudadano, que hay gente que no tiene en donde ducharse ni puede mantener limpia su higiene,…
Pero si seguimos buscando por el centro de la capital malagueña, llegamos a la plaza de San Juan de Dios, en donde un edificio grande con forma de patio andaluz, acoge a más de cincuenta personas diarias para intentar buscar alternativas a situaciones precarias, este es, el Centro de Acogida San Juan de Dios. Este centro fue creado en 1991 por los Hermanos de San Juan de Dios para acoger a cualquier tipo de personas sin distinción entre ellas y para intentar normalizar su situación. El Centro de Acogida San Juan de Dios quiere luchar desde su trabajo porque la sociedad sea un poquito más humana y a la vez concienciar a la población de que hoy día sigue habiendo personas que necesitan la ayuda de otros para poder salvar su situación.
Cuando desde este centro se empieza a trabajar con este colectivo de personas, que son los marginados sin hogar, se empiezan a vislumbrar problemas que ya no sólo consisten en comida, duchas,… sino que se empieza a trabajar con personas que tienen adicciones, que tienen problemas con la justicia,…Entonces se decide crear una serie de programas que puedan intentar normalizar la situación de dichas personas. Estos programas van a ser, primero el de Inserción, Rehabilitación y más adelante Acogida Nocturna, Higiene e Información y orientación. Además la Orden de los Hermanos quiere ir más allá y cuenta con un Programa de Investigación y Docencia.
Este Centro atiende diariamente a más de cincuenta personas que van pidiendo cualquier tipo de recurso para poder mejorar esa urgencia inmediata. Desde este Centro se intenta dar respuestas a las diferentes problemáticas siempre desde un estudio personalizado con cada persona desde entrevistas personalizadas y siempre respetando la libertad de la persona y de que esta quiera intentar salir de esa situación que se apodera de ella. Una vez que estás en el Centro, se va viendo que el número de personas a las que hay que atender cada vez es mayor y que parece que esta problemática nunca va a acabar.
Aunque anteriormente se ha descrito situaciones trágicas que viven este colectivo de personas cada vez más grande, vemos que sigue habiendo personas, sobre todo, profesionales que intentar de normalizar la situación de muchas personas que están siendo víctimas de una sociedad que cada vez va avanzando más pero que a su vez también va discriminando más.
Desde aquí lanzar una pregunta: ¿nos hemos planteado alguna vez si nosotros estamos contribuyendo a que siga habiendo cada vez más personas en la calle? Tal vez la respuesta a esta problemática la tengamos nosotros mismos.

Palabras claves:
-Marginación.
-Normalización.
-Acogida.
-Recursos.
-Bienestar.
-Sociedad.

martes, 13 de mayo de 2008

Un mendigo alemán perece al caer al mar en Corcubión


Un vagabundo alemán, Anton Johan Wechsler, que residía en Cee desde hace casi cinco años, pereció ayer en Corcubión tras caer al mar mientras pescaba. El hombre había acudido con la caña y sus inseparables perros a la zona del cabo de A Nasa, un saliente de la parroquia de Redonda de imponentes acantilados y furnas. Por motivos que se desconocen, tal vez un tropiezo o un resbalón, se precipitó al vacío y cayó al agua, entre las tres y las cinco de la tarde. Unos amigos dieron aviso a los servicios de emergencia y en seguida se montó un amplio dispositivo de búsqueda, en el que participaron los bomberos de Cee, Protección Civil de Corcubión, Guardia Civil, Seprona y el helicóptero Helimer Galicia . Este llegó al lugar justo en el instante en el que los bomberos, que descendieron por las rocas, aprovecharon que la resaca del mar llevó el cadáver a la superficie para atraparlo con un gancho, en una certera operación.
A continuación, fue trasladado en un vehículo de Protección Civil de Corcubión hasta el muelle de la localidad, donde al cierre de esta edición aguardaba la llegada del forense y la orden del juez para ser trasladado, en su caso, a Santiago.
Sus perros fueron recogidos por las personas que estaban con él en ese momento, según relataron testigos de los hechos. Anton Johan, así identificado por la Policía Local de Cee (aunque en los últimos tiempos, según personas próximas a él, se decía llamar Ernst), no tenía casa. Dormía en el bajo de una obra de Cee. Los vecinos solían verlo mendigando a la puerta de un supermercado o la iglesia.
Pescador, amante de los perros y con un carácter complicado
Anton Johan llegó a la zona a mediados del 2003, acompañado de dos perros husky. Desde entonces, siempre se le ha visto con canes. Y, muchas veces, pescando. Precisamente en una de esas ocasiones, en septiembre del 2005, en Brens, mientras pescaba calamares, tuvo un incidente con una vecina, a la que agredió, razón por la que acabó siendo detenido. Quienes tuvieron trato con él destacan que era de carácter complicado.

El programa Sin Techo ayudó a más de cien personas en el 2007


Cruz Roja desarrolla, el año pasado lo hizo con una docena de voluntarios, la operación Sin Techo . El objetivo es el de ayudar a que las personas que viven en la calle, y aquellos que subsisten bajo techo, pero con recursos limitados, puedan acceder a las ayudas municipales y de las distintas entidades que trabajan con colectivos desfavorecidos.
Las salidas mensuales de los meses de verano dan paso, con la llega del frío, que el pasado año coincidió con la cercanía de las fechas navideñas, a salidas semanales en las que, por grupos, los voluntarios de Cruz Roja se acercan a quienes duermen en la calle para ofrecerles una bebida caliente. No es más que la excusa para entablar con ellos conversación e informarlos de que pueden pernoctar en el Hogar del Transeúnte. Con este fin recorren el casco histórico, los cajeros automáticos del centro, donde suelen dormir algunos indigentes, y las estaciones de bus y ferrocarril.
Explican desde Cruz Roja que no suelen recibir llamadas de los vecinos alertándolos de este tipo de situaciones, pero que muchas veces son los propios vecinos los primeros en ser solidarios, ofreciendo comida y ropa a quien duerme en la calle. Hay personas que, a pesar de lo duro de su situación, la prefieren antes que dormir en el albergue municipal, donde deben convivir con otra gente. En estos casos, los voluntarios intenta poner todos los medios a su alcance (servicios sociales, Cáritas o Comité Anti-Sida) para mejorar su situación y hacerles compañía.
Más de cien usuarios
Desde Cruz Roja se habla de más de cien personas atendidas el año pasado en el programa Sin techo . De ellas, el cuarenta por ciento eran indigentes; es decir, personas que carecían totalmente de medios de vida básicos o con ingresos por debajo de los doscientos euros. La mayor parte de los usuarios, el setenta por ciento, tenía un hogar, pero disponían de ingresos muy bajos y vivían al límite. En estos casoso, la propia persona acude a Cruz Roja a solicitar ayuda. La oenegé les ayuda a encontrar empleo y los tutela y apoya en esta tarea. Además, se les facilita toda la información relativa a Servicios Sociais, comedor social o Cáritas, ya que muchos necesitan de ayudas complementarias para poder subsistir. Es la otra cara de la pobreza, la que menos se ve y la que más abunda. En todos los casos, la media de edad de los usuarios de este programa fue el año pasado de entre veinte y cuarenta años.
Más voluntarios
Cruz Roja se nutre del voluntariado y aunque es de las organizaciones más afortunadas en este sentido, también es cierto que hay épocas en las que se queda bajo mínimos todos los años, como es el caso de las fechas navideñas o la época de exámenes universitarios al reducirse el número de voluntarios que en esos días no pueden trabajar.

Vecinos sufragan el realojo de 4 sin techo ante la falta de ayudas oficiales

Cuatro "sin techo" se han convertido en turistas accidentales en un hostal del Casco Vello, a donde han ido llegando desde hace un mes, al ritmo que la policía los ha desalojado de las casas en ruinas en donde habitaban. Hay más en otros puntos de la ciudad, pero todos tienen en común que han sido realojados gracias a la solidaridad privada. Están viviendo bajo techo sólo con financiación de personas anónimas, de las que ni conocen el nombre. La falta de ayudas oficiales o de camas públicas ha desatado la solidaridad privada. La declaración de ruinas de muchas viviendas en los últimos meses propició que la policía notificase de la orden de desalojo a los habitantes de infraviviendas, que se quedaron en la calle. Son personas con bajos recursos económicos -algunos cobran pagas inferiores a cuatrocientos euros- y con diversas problemáticas sociales.
El último desalojo se producía este fin de semana en una casa de la calle Real, donde varias personas fueron obligadas a marcharse de madrugada. "Aunque legalmente está justificado, desde el punto de vista humanitario, pedimos su realojo", asegura en representación del grupo "El Imán" Antón Bouzas. "Imaginamos que han sido expulsados siguiendo las instrucciones de un juez", soslaya, "pero algunos son muy jóvenes y otros mayores y están inseguros en la calle". El colectivo que representa pide para ellos un sistema de realojo inmediato por parte de la institución municipal. Aún así, entienden que la medida se toma para preservar la seguridad de las personas que habitan en edificios casi derruidos -cerca de un centenar- y a los de las viviendas próximas. Estos hechos constituyen, según recuerda Bouzas, una discriminación con respecto a otros colectivos como los gitanos: "Se da por sentado que a ellos se les realoja, pero a estos no".
El presidente de la Asociación vecinal Casco Vello, Henrique Macías, confirma que últimamente son frecuentes notificaciones de desalojo y tapiados de puertas y ventanas de viviendas. Esta medida afecta a inquilinos que pagan una pequeña renta en un edificio cuyo propietario se niega a pagar las reparaciones y fuerza el expediente de ruina.

’Prefiero mendigar mil veces que la cárcel’

Jesuino Manuel Pereira Gomes, de 40 años, ingresó en prisión ocho días por no tener una vivienda fija en la que cumplir un arresto domiciliario de ocho días por una falta. Ayer recuperó la libertad y nada más llegar al casco urbano ourensano, procedente del Centro Penitenciario de Pereiro, se instaló en la calle del Paseo, uno de sus lugares preferidos para pedir limosna, y extendía la mano para que los viandantes le dieran dinero. ’Deme algo, por favor’, repetía.
Sobre la espalda llevaba un bolso con todas sus pertenencias. ’Pido limosna, pero no hago daño a nadie’, dice, sorprendido al preguntarle por su experiencia de ocho días en la cárcel: ’Prefiero mil veces esta vida que estar en prisión. No me hicieron daño, pero la cárcel es para los criminales’, afirma.
Jesuino Manuel Pereira es natural de Lisboa pero desde hace siete años vive de la indi gencia en la ciudad de As Burgas. El 6 de febrero, la Policía Judicial de la Guardia Civil lo detuvo en el Hogar del Transeúnte por requisitoria del Juzgado de lo Penal número dos de Ourense para que ingresara en prisión al no tener un domicilio para cumplir el arresto. ’Los agentes me pusieron las esposas y me llevaron a prisión. En un primer momento no entendía por qué me hacían eso, traté de explicarles que estuviera enfermo, pero no me creyeron’, recuerda, recalcando que no tiene nada contra la Guardia Civil ni la Policía ’porque entiendo que están haciendo su trabajo’.
Acusación de robo
El indigente nunca creyó que las autoridades judiciales llegarán a ejecutar la sentencia que lo condenaba a los ocho días de arresto domiciliario por una falta que, según relató el indigente, ya fue hace más de cuatro años en la Alameda del Cruceiro de la ciudad. ’Estaba pidiendo limosna y quizás me acerqué demasiado a un hombre, se asustó y comenzó a empujarme. Yo traté de apartarme y también le empujé. Después me denunció diciendo que iba a robarle y que intenté agredirle. De la mayoría de los detalles ya ni me acuerdo’, comenta.

Cruz Roja atendió a casi 400 sin techo en Vigo el pasado año

Viven en las calles de Vigo, entre cartones o bajo los soportales. Son los denominados sin techo, las personas que no tienen un hogar. Para su atención trabajan diferentes organizaciones en la ciudad. Una de ellas, Cruz Roja, atendió en 2007 a 395 personas sin hogar, un 43% más que el año anterior.
Su programa de atención a este colectivo se desarrolla en colaboración con la Xunta. En él, los indigentes reciben cursos de primeros auxilios, informática, salud o autoestima, entre otros.
Precisamente para reclamar mejoras para estas personas, ayer, El Imán presentó la campaña Estás no Casco Vello, estou no Casco Vello. Con esta iniciativa pretenden concienciar a la ciudadanía de la necesidad de cuidar este barrio, uno de los principales lugares que acoge a los sin techo.
Precisamente, en homenaje a un indigente recientemente fallecido, ayer, se realizó una concentración en la praza de Constitución. Antonio, que así se llamaba, tenía unos 60 años y murió en el hospital. Cuando estaba ingresado le dectectaron otra enfermedad, «una suerte», ya que le permitió seguir bajo techo hasta su fallecimiento, según recordaron ayer los miembros de El Imán.

Un indigente ingresa en prisión por no tener un domicilio en el que cumplir un arresto

El indigente Josuino Manuel P.G., de 40 años, natural de Portugal, fue detenido en la mañana del martes en el Hogar del Transeúnte de Orense para su posterior ingreso en prisión.
Los agentes procedieron a su arresto por requisitoria del Juzgado de lo Penal número dos de Ourense. Este periódico no pudo conocer ayer el lugar y los hechos por los que fue enjuiciado y condenado el arrestado, que, según fuentes del instituto armado, lleva meses vagabundeando por las calles de la ciudad. Eso sí, el hombre estaba siendo buscado para que cumpliera la condena de ocho días de arresto domiciliario por una falta, pero los agentes no conseguían localizarlo al carecer de domicilio fijo. Ahora, los ocho días de arresto domiciliario tendrá que cumplirlos en la cárcel. El arresto fue comunicado al Consulado de Portugal, cuyos responsables se interesaban ayer por el futuro del indigente.

El 10% de los grandes quemados se producen entre los «sin techo»

No ha aumentado el número global de quemados, que cada año (186 en el 2007) se atiende en la unidad del Hospital Juan Canalejo, de referencia para toda Galicia, pero sí «los mecanismos y el perfil de los quemados», explica el responsable del servicio, Francisco Martelo Villar.
Una muestra de ello lo constituye uno de los últimos pacientes, una mujer que el pasado lunes sufrió lesiones importantes en cara y manos al encender una hoguera en el Cantón para tratar de calentarse. Evoluciona favorablemente, según indicaron ayer desde el centro, pero su casuística ya no resulta aislada. «El 10% de nuestros ingresos son de personas sin hogar o desatendidas, con adicciones al alcohol o las drogas». La disminución de conciencia por el consumo de tóxicos condiciona no solo que se produzcan las heridas- juegos con mecheros que acaban en incendio, cigarrillos que prenden fuegos... - sino que «las lesiones sean más severas porque no reaccionan con rapidez ante el agente que los está dañando, no se apartan del fuego o del humo de inmediato y las quemaduras son más extensas y más profundas», explica Martelo.
Características agravantes parecidas se producen entre las personas que sufren demencias, de las que también se recibe algún quemado en el hospital coruñés, aunque suelen ser pacientes mayores, frente a quienes son víctimas dentro de lo que Francisco Martelo relaciona con «situaciones de marginalidad, problemas de alcoholismo y drogadicción», generalmente en menores de cuarenta años.
Humo

Muere un indigente y otros tres resultan heridos en el incendio de una vivienda abandonada del Garbinet

Un indigente falleció en la madrugada del jueves al viernes al declararse un incendio, al parecer fortuito, en una casa abandonada en el barrio del Garbinet. Además, otras tres que ocupaban el inmueble en el momento del incendio tuvieron que ser ingresadas como primera medida en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General de Alicante debido a las quemaduras que sufrieron. El estado de todos ellos es sumamente grave.Sin embargo, la situación de dos de ellos provocó su traslado en la mañana de ayer al Hospital La Fe de Valencia. En el caso más grave, las quemaduras de segundo grado afectan al 40% de su cuerpo, mientras que el otro implicado tiene quemado alrededor del 12%. El tercer indigente rescatado por la Policía y los bomberos permanece en el centro hospitalario alicantino al que fue trasladado tras el siniestro.Los hechos se produjeron sobre las 2.45 horas de la madrugada del jueves al viernes, cuando los cuatro implicados -todos originarios de la Europa del Este- se encontraban en una casa abandonada de propiedad municipal sita en el número 16 de la calle Bailarín José Espadero de Alicante. Por causas que todavía se desconocen, se declaró un incendio en la habitación que ocupaba el fallecido, cuyas llamas se extendieron rápidamente y dejaron sin salida a los cuatro ocupantes del edificio.Al lugar de los hechos se desplazaron tres vehículos de bomberos con una dotación de diez hombres, quienes encontraron el cuerpo sin vida de la víctima al acceder al edificio para sofocar las llamas. También acudieron un equipo de la Policía Nacional, que tuvo que emplear sábanas mojadas que les suministraban los vecinos para intentar sacar a las víctimas. Los vecinos se percataron del incendio cuando escucharon los gritos del fallecido.La Policía Nacional no ha dado por cerrado el caso, por lo que en la mañana de ayer, agentes de la policía científica se desplazaron al lugar de los hechos para realizar las pertinentes pruebas y comprobar si hubo varios focos o acelerantes del fuego. Además, los agentes detuvieron a una persona que se encontraba en los exteriores de edificio siniestrado, a la que se investiga si tenía relación con el indigente fallecido.Demolición inminente Un portavoz dell Ayuntamiento de Alicante informó ayer que la casa abandonada de la calle Bailarín José Espadero tiene pendiente una orden de demolición que se encuentra en tramitación. El Consistorio decidió enviar a técnicos de la Concejalía de Servicios y Mantenimiento, quienes certificaron que el estado del inmueble no era apto para que vivieran personas en su interior. Sin embargo, los trámites legales para proceder al derribo han retrasado el comienzo de los trabajos, según fuentes del propio Ayuntamiento de Alicante.

Sólo 25 indigentes pasan la noche en la calle en Castellón

Reflejan una realidad social que es observable todas las noches en muchas calles de Castellón, aunque en menor medida que en otras ciudades. A cielo raso, con cartones como único abrigo y, en la mayoría de las ocasiones, víctimas de su propio destino y autodestrucción, varios indigentes duermen en la calle. Como mucho, en el interior de cajeros de bancos y cajas de ahorro o sobre el gélido mármol de un banco en una plaza.
Según los datos aportados por la Cruz Roja, "los voluntarios de la campaña del Café Solidario, que atienden por la noche a indigentes y transeúntes, encuentran diariamente por las calles una media de 20 a 25 personas a los que se les ofrece café con leche y caldo caliente".
130 VOLUNTARIOS Una campaña que tiene como objetivo primordial "dar calor a los más necesitados", en un programa en el que participan 130 voluntarios que dedican cerca de 800 horas de su tiempo a proporcionar abrigo a los sin techo que pernoctan en las calles de la ciudad. De 23.00 a 3.00 horas de la madrugada estos voluntarios ejercen su acción solidaria.
Como informaban desde fuentes de Cruz Roja, la procedencia de origen de estos indigentes "es fundamentalmente de los países del Este, también españoles y muy pocos magrebíes". Respecto al sexo, el número de hombres es prácticamente similar al de mujeres indigentes.
Solo el año pasado realizaron 2.500 intervenciones. Y es que, la presencia de transeúntes por la noche forma parte ya del paisaje urbano de la capital de La Plana, en una realidad de la que, a veces, es imposible escapar.
Así lo reconoce la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Castellón, Carmen Amorós, quien recuerda que "a todos los transeúntes que encontramos por la calle les ofrecemos la posibilidad de pernoctar en el albergue municipal pero, no todos aceptan y nosotros no podemos obligarles a ello". En este sentido, la responsable municipal apunta que "diariamente una patrulla de la Policía Local se encarga de preguntar si los indigentes quieren acudir al albergue de transeúntes".
POLICÍA LOCAL También indica que la Policía Local ayuda a los voluntarios de la Cruz Roja en la campaña del Cafe Solidario: "Muchas de estas personas que duermen en la calle muestran un carácter agresivo o están bajo los efectos del alcohol, lo cual, en algún momento, puede presentar problemas", detalla Carmen Amorós al respecto.
Otro de los estamentos que tiene protagonismo social en la atención de los transeúntes es Cáritas. Su delegado diocesano, el sacerdote José Manuel Enrich, recuerda que la entidad es la que gestiona el albergue municipal. "Nosotros firmamos anualmente un convenio con el consistorio y nos encargamos de la gestión directa de las instalaciones", relata Enrich, quien apela al sentido solidario desde el punto de vista cristiano en la labor de atención y ayuda a los sin techo.
Enrich asegura que Cáritas trabaja para profundizar en la realidad social de los sin techo en un fenómeno que va a más.

Un día en la vida de una indigente afgana

Aqelah comienza su jornada al alba cuando la mayoría de la gente aún duerme. Prende el calentador para hervir un poco de agua, se lava y ora. Luego, prepara el desayuno para ella y su hijo de 13 años antes de ir a su trabajo de limpiadora. Aunque esa rutina matinal pueda parecer relativamente normal, su vida difiere bastante de aquella de sus iguales. Aqelah forma parte de los más de 200 residentes del marastoon (término pashto que significa hogar para indigentes) de Kabul. Estos hogares fundados en 1929 por Mohammad Nader Shah, rey de Afganistán, para ayudar a los pobres y las personas sin techo, hoy en día, cuentan con el apoyo de la Media Luna Roja Afgana (MLRA). Actualmente, un total de 380 personas viven en hogares de cinco filiales de todo Afganistán siendo el más grande el que se encuentra en el recinto de Kabul de la MLRA. Tragedia y temple Aqelah lleva más de una década viviendo en la sección familiar del hogar de Kabul; en 2002, murió su marido que tenía 65 años, tragedia personal precedida de otros dramas. “A los siete años contraje una enfermedad infecciosa, el médico diagnóstico varicela... Varios meses después, mi vista empezó a disminuir poquito a poco hasta que me quedé ciega. Ese hecho horrible cambió completamente mi vida”, cuenta Aqelah. Tres años más tarde, cuando tenía 10, su padre murió en un accidente de auto. Posteriormente, su único hermano fue secuestrado durante la guerra civil y una de sus hermanas murió en la explosión de un cohete en Kabul. Después que quedó ciega, su madre le enseñó a cocinar y limpiar la casa, así como otras tareas de las que tendría que ocuparse cuando fuera esposa y madre. “Como perdí la vista, no podía ir a la misma escuela que los demás niños y fui una escuela para ciegos. A diferencia de ellos, empecé mi escolaridad a los 23 años y seguí estudiando hasta los 32, cuando me casé con un hombre que también tenía una discapacidad: había perdido una pierna en el conflicto interno de Kabul. Cuando empezó la guerra civil a principio de los 90 me quedé sin trabajo.” En 2004, Aqelah tuvo la oportunidad de empezar a trabajar en un liceo público para ciegos. Limpia las aulas y prepara el té y el desayuno para los estudiantes. Aunque no ve, se sirve de sus otros sentidos para asegurarse que todo esté limpio y en orden. Fuera de su trabajo, su hijo suele ayudarla en las tareas del hogar. “En la escuela aprendí a diferenciar los sonidos que me rodean. Cada objeto tiene cierta resonancia que me ayuda a reconocerlo e identificarlo. Mi instinto es verdaderamente agudo, lo que me ayuda a hacer mi trabajo y desplazarme.” Un futuro mejorAl igual que los demás niños que viven en el marastoon, el hijo de Aqelah beneficia de los varios cursos y la formación profesional que se imparten gratuitamente: inglés, carpintería, informática y matemáticas. Fatima Gailani, Presidenta de la MLRA señala que además de ofrecer un techo a las familias vulnerables, estos hogares abren la puerta a un futuro mejor. “Quiero darles alguna esperanza no sólo en el corazón sino también en la mente. Los niños que viven en el marastoon reciben educación gratuita... Si logramos darles alguna esperanza, entonces, los padres tendrán menos de qué preocuparse pues sus hijos serán más independientes”, explica la Sra. Gailani. Aqelah está totalmente de acuerdo en que la educación y la capacitación que recibe su hijo “sin duda alguna le ayudará a conseguir un puesto cuando esté en edad de trabajar”. El mismo piso de la sección familiar vive Nasimeh que lleva dos años en el hogar. Al igual que Aqelah, es una mujer fuerte que tuvo que superar muchas dificultades a lo largo de su vida. “Tengo 32 años, una hija y dos hijos. Mi marido era técnico de la construcción. Una mañana, hace varios años, se fue a trabajar y nunca volvió... Después de su desaparición, mi suegro no me permitió seguir viviendo en su casa, así que no tuve más remedio que venirme del este a Kabul, donde me crié”, cuenta. A su llegada a la capital, Nasimeh empezó a trabajar de costurera en una organización no gubernamental que luego cerró y se quedó sin trabajo. No logró encontrar ningún otro para sustentar a su familia y decidió instalarse en el marastoon. “Llevo dos años buscando trabaja y no he tenido suerte… No hay muchas organizaciones dispuestas a emplear a una viuda y las empresas dirigidas por mujeres que también emplean mujeres son contadas en Afganistán,” explica Nasimeh.Tres meses por año, gana algún dinerito trabajando de panadera en el hogar que emplea cuatro grupos de mujeres en distintos períodos del año. Ganan Af 3.000 (casi USD 60) por mes. El resto del año, divide su tiempo entre la búsqueda de empleo, el cuidado de sus hijos, las tareas domésticas y ocupándose junto con las demás familias de limpiar la residencia, los baños, la cocina y el jardín. “Además de mis deberes de madre también tengo que ser un padre para mis hijos porque no quiero que sientan su falta. Creo que llegará el día en que mis hijos me ayudará. El mayor de los varones, que tiene 10 años, quiere ser médico y mi hija que tiene 12, periodista”, añade. A pesar de las dificultades que atraviesan, Aqelah y Nasimeh dicen que les alegra que sus hijos puedan asistir a los cursos y tener un lugar decente donde vivir. Oportunidad de aprender “El marastoon es como una familia de la que todos formamos parte, por lo tanto, cuidamos unos de otros”, comenta Pakizeh Raz administradora de la residencia. “Estos hogares ofrecen la posibilidad de construirse una vida... Nuestros cursos de formación son muy útiles y hemos obtenido resultados pues más de un residente consiguió trabajo y logró independizarse”, añade. Precisamente, ese es el objetivo: ayudar a personas y familias para que puedan independizarse. Aunque encontrar trabajo no es fácil, disponer de ciertas competencias acrecienta las probabilidades. “Queremos apoyar a los residentes. Nuestra meta es que se sientan orgullosos de lo que pueden lograr y que adquieran el sentido de independencia”, concluye Pakizeh.

Café para todos

Es una actividad para fomentarla solidaridad entre los universitarios promovida por el Colegio Mayor de La Alameda. La iniciativa de esta operación solidaria partió de los residentes del Mayor hace dos años. Esta actividad, como su nombre indica, consiste en llevar café caliente con pastas a indigentes y personas desatendidas, a primera hora de la mañana y hacerles pasar un rato agradable.
Este programa se realizó el día 8 de marzo en las plazas y calles de Valencia. La escena que protagonizaban los voluntarios con los indigentes era digna de ser vista. A lo largo de toda la mañana hubo diferentes ejemplos que consiguieron sensibilizar a los jóvenes; como es el caso de una anciana que padecía fuertemente del corazón y pedía limosnas en la Plaza de la Virgen. Cuando se acercaron a ofrecerle café y pastas, se sorprendió y no supo cómo darles las gracias. También encontraron un hombre enfermo de anemia, alrededor de la Calle San Vicente. Iba en silla de ruedas y el mejor donativo que le pudieron dar ese día vino de manos de estos jóvenes solidarios que le dieron de desayunar.
Estos hechos impactaron tanto en los universitarios como en la gente que se acercaba disimuladamente a ver que pasaba, pues algunas de estas personas agradecieron lo que se estaba haciendo por los sin techo.
El caso es que, al acabar la mañana se reflejó realmente quienes eran los verdaderos beneficiados: los jóvenes voluntarios que participaron en esta actividad solidaria, que no pudieron esconder su felicidad al comentar con sus amigos las cosas aprendidas en este día. Felicidad que nos hace pensar que “café para todos” seguirá realizándose en años posteriores por la trascendencia de los resultados.

Vivir en la calle son 20 años menos de vida

Hace apenas un mes los medios de comunicación revolotearon sobre una noticia de prosperidad: la esperanza de vida de los españoles nacidos en 2005 supera los 80 años. Al margen del alborozo quedaron 30.000 personas cuya vida es más dura que el suelo donde apenas consiguen conciliar dos horas de sueño al día. Es el número de población que vive con lo puesto en las calles de España. Su esperanza de vida es de apenas 55 años.
El alcohol, las drogas, la penosa alimentación, el sexo inseguro y sobre todo la dificultad para acceder a la sanidad pública acortan su vida. Los análisis sobre sus hábitos diarios demuestran que cerca de la mitad de los sin techo sufre alcoholismo. "Algunos de ellos caen en el alcohol por aceptación, otros por el calor y los hay que simplemente para olvidar", analiza María Teresa Pérez, del Instituto de Salud Pública de Madrid. "Muchos llegan a la calle con problemas con la bebida y otros caen en el alcohol después de dormir a la intemperie", añade.
Cambio de perfil
El mendigo, indigente, sin hogar o sin techo prototípico ha cambiado en los últimos años. La inmigración ha sido el fenómeno que más ha afectado a este colectivo al que se han incorporado también jóvenes y mujeres. El estudio de su perfil añade también que tienen un nivel de educación más avanzado. El 30% de los que pernoctan en puentes, bancos o cajeros automáticos ha completado estudios de secundaria. Son un 17% más que hace una década.
Sus características han cambiado pero los prejuicios que sufren por parte de la sociedad son los mismos de siempre. Sebastián Mora, de Cáritas, explica con una anécdota en qué consiste el estigma que pesa sobre los excluidos por el sistema: "Colocamos un cartel para la campaña de este año en un centro social. Pasaron unos jóvenes y nos soltaron: ‘Esa gente vive en la calle porque quiere'. Y eso que estábamos en un centro social y no en un bar de copas".
Acceso a la sanidad
El cartel que colocaba Mora lanza el siguiente mensaje: "El alta médica es una mala noticia... si vives en la calle". Es el lema escogido por la ONG Cáritas junto con la Federación de Asociaciones de Centros de Integración y Ayuda a Marginados y el Ministerio de Asuntos Sociales para la campaña "Por una salud digna para todos".
El servicio de urgencias de los hospitales es el único acceso a la sanidad pública que tienen. Una vez curados o tratados son devueltos a la calle sin la menor protección. Las ONG denuncian que la sanidad pública no cubre los tratamientos que necesita este colectivo tan propenso a las enfermedades. La mitad de las mujeres indigentes sufre alguna patología. Los hombres enfermos suponen un 36,4% del total.
Son los más necesitados y los que menos ayuda pública reciben. Las enfermedades constituyen el mayor obstáculo de los sin hogar para alcanzar la meta de la integración.

Condenada banda que asesinaba indigentes para cobrar seguros de vida

La Corte Suprema de Justicia profirió una drástica condena contra los delincuentes que se dedicaban a reclutar indigentes y prostitutas que posteriormente eran asesinados para cobrar seguros de vida.La banda compuesta por más de cinco hombres, entre ellos un policía, persuadía a habitantes de la calle, para que, por medio de identidades ficticias, adquirieran seguros de vida, reza la sentencia.Entre los casos más macabros que conoció la corte, está el de una trabajadora sexual y recicladora de las calles de Pereira, que fue asesinada en un descampado del municipio de Risaralda, Caldas, a los pocos días de haber adquirido un seguro de vida con miembros de la banda.Jorge Álvaro Posada Zapata, uno de los delincuentes, hizo pasar a la mujer como su esposa y adquirió un seguro de vida en Agrícola de Seguros, por un valor de 50 millones de pesos a favor de la víctima.Una vez finiquitado el contrato, los criminales llevaron a la prostituta hasta un paraje solitario y mientras se desplazaban hacia el lugar, otros dos hombres la golpearon repetidamente con un mazo.A pesar de su sevicia, al momento de abandonar el cadáver los antisociales se percataron que la mujer no había muerto por las lesiones provocadas con martillos dentro del vehículo, así que el supuesto esposo de la víctima, incomodo por la situación, la arrolló en repetidas ocasiones con el vehículo, para asegurarse de su fallecimiento.Luego de confirmar el crimen, la banda abandonó el cuerpo sin vida en un barranco, y coordinó con el inspector de Policía de Risaralda, Caldas, Alberto de Jesús Chalarcá Yepes, el levantamiento de un acta de defunción falsa.Por este y otros hechos, Alberto de Jesús Chalarcá Yepes y Jorge Álvaro Posada Zapata fueron condenados a 27 años de cárcel, bajo los cargos de homicidio agravado y falsedad.Los otros miembros de la banda, que actuaron como testigos falsos y golpearon con los martillos a la mujer, fueron condenados a 25 años de prisión.

sábado, 10 de mayo de 2008

El indigente muerto ante el Negrín llegó a la autopsia con el pijama del hospital

El indigente que permaneció muerto durante horas en una silla de ruedas a las puertas del servicio de urgencias del Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín llegó al Instituto Anatómico Forense de Las Palmas con un pijama del centro sanitario. El hospital recibió ayer un oficio de la jueza de Instrucción número 7 de la capital, Victoria Rosell, que estaba de guardia cuando el fallecimiento se comunicó al juzgado, para que el centro sanitario proporcione a la Justicia todos los datos que obren en su poder sobre el hombre muerto.La muerte del hombre se notificó al Juzgado porque, según el hospital, se trataba de una persona indocumentada. En su comunicación al Juzgado de Guardia, el centro sanitario indicó que el hombre había sido tratado y que el resultado final había sido la muerte. En la comunicación no se añadió ningún otro dato sobre las circunstancias de la muerte ni sobre la causa del fallecimiento.Una vez que se procedió al examen del cadáver en el Anatómico Forense, el informe provisional emitido señalaba que la muerte se produjo por un infarto de miocardio. El informe no se hará definitivo hasta que los forenses reciban las pruebas preceptivas para determinar si el hombre había ingerido algún tipo de tóxico (drogas).Varios testigos explicaron el sábado a este periódico que la persona fallecida fue vista durante horas sentada en una silla de ruedas ante la puerta exterior de urgencias, sin que nadie se ocupara de él. De hecho, fueron algunos ciudadanos los que alertaron horas después al personal sanitario de que el hombre tenía la cabeza caída hacia un lado y que el rostro presentaba un tono violáceo, típico de determinados casos de muerte por accidente cardiovascular.Fuentes del hospital Negrín admitieron el sábado que este indigente, un marinero de origen ucraniano de unos 60 años de edad, se había convertido en un clásico del hospital, adonde se trasladaba de manera recurrente a pedir ayuda médica. Sin embargo, un portavoz autorizado de la Consejería de Sanidad, de la que es titular Mercedes Roldós, dijo tener ayer desconocimiento del caso e incluso puso en duda la existencia del cadáver.

Detienen al presunto autor de la muerte de un indigente en Málaga

Un joven argentino de 27 años cuyas iniciales son M.A.LL.C. ha sido detenido por la Policía en Málaga acusado de la muerte hace una semana de un indigente al que dio una paliza, que presuntamente encubrieron dos mujeres que también han sido arrestadas.
La investigación ha permitido determinar que el suceso ocurrido el pasado miércoles está relacionado con una agresión o acoso previo del fallecido, A.P.P., de 54 años, hacia un familiar de M.A.LL.C., lo que ocasionó "una impulsiva búsqueda y venganza", según informó hoy la Comisaría Provincial de Policía, que descarta el móvil xenófobo o racista.
El presunto autor de la agresión se bajó de un vehículo descapotable de color rojo oscuro en el que iba acompañado por dos mujeres en la calle Fernán Núñez de la capital malagueña, y golpeó y dio patadas en el cuerpo y la cabeza a la víctima. Como presuntas encubridoras del suceso han sido detenidas T.LL.C., de nacionalidad argentina y 35 años, y E.B.C., de 19, hermana y novia del presunto agresor, respectivamente.
El indigente, que sufrió el pasado miércoles día 18 un traumatismo en la cabeza y perdió la consciencia, fue trasladado al Hospital Carlos Haya de Málaga, donde murió la madrugada del jueves. Por otro lado, ayer resultó herido otro indigente cuando se encontraba en las inmediaciones de la plaza de la Solidaridad de la capital malagueña, aunque éste recibió el alta médica horas después de su traslado al centro hospitalario.

Un indigente con trastorno mental encontrado en Barajas resulta ser un ex etarra

Las fuerzas de seguridad han trasladado en las últimas horas a un hospital de Madrid a un indigente con un trastorno mental que se encontraba desde el miércoles en el aeropuerto de Barajas y que responde al nombre de Martín Izaguirre Arbize, un ex etarra condenado por un intento de secuestro en 1982.
Así lo han confirmado fuentes de la lucha antiterrorista, que precisaron que el ex etarra llegó al aeropuerto madrileño de Barajas procedente de Cuba el pasado 8 de agosto y allí se quedó a vivir como indigente hasta las últimas horas, cuando las fuerzas de seguridad detectaron que este individuo tenía problemas mentales y decidieron trasladarle a un hospital.
Intento de secuestro
Fue entonces cuando los agentes verificaron su identidad y comprobaron que se trataba de un antiguo miembro de ETA, que cumplió condena en su día por intentar secuestrar a un industrial vasco, Luis Astiazaran Iraola, en represalia porque éste se negaba a pagar el llamado "impuesto revolucionario".
Martín Izaguirre, junto a otros compañeros que integraban un comando de la organización terrorista, entre ellos Juan Carlos Lacertúa Urrutibeascoa, condenado también a trece años de cárcel, acudieron al domicilio del industrial en Tolosa el 17 de julio de ese año con la intención de secuestrarle.
Sin embargo, éste fue avisado por su esposa de que unos desconocidos se parapetaban tras un coche en el garaje, por lo que disparó contra los terroristas, que respondieron a tiros sin alcanzarle.
Izaguirre terminó de cumplir la condena por estos hechos a finales de los años noventa y decidió salir fuera de España, en concreto a Cuba. Desde ese momento, no tenía ninguna causa pendiente con la justicia.

jueves, 8 de mayo de 2008

La lucha contra la miseria es la prioridad económica elemental

Todo sistema económico debe colocar al frente de sus prioridades la lucha contra la miseria. Nadie debe pasar hambre, nadie debe dormir a la intemperie, nadie debe pasar frío, nadie debe sufrir una enfermedad sin recibir atención.
La miseria es el estrato más bajo de pobreza. Consideramos que viven en la miseria aquellas personas a las que les falta comida, techo, vestido o atención sanitaria. La inaccesibilidad a la educación y al trabajo son también causas de la miseria, y cualquier estrategia de actuación a medio plazo debe contemplar ambos problemas.
Las personas que viven en la miseria se ven sumidas en una lucha diaria por la supervivencia y contra la exclusión social que les hunde aún más en esa miseria. Esta es una tragedia cada vez más extendida que nadie debería ignorar.
La miseria siempre ha existido, pero actualmente ya no es un problema propiamente económico. Es decir, no es un problema de balanza de pagos, ni de políticas fiscales, ni de promoción de exportaciones, ni de sustitución de importaciones, ni de modelos productivos ni nada de eso.
El problema de la miseria es de carácter ético. Lo que se requiere para resolverlo es la voluntad política para quererlo resolver.
Hoy sabemos que con un minúsculo porcentaje del dinero que manejan los gobiernos en sus presupuestos de defensa o las corporaciones en sus especulaciones financieras habría recursos suficientes para eradicar la miseria. Pero ni gobiernos ni corporaciones tienen este punto como prioritario en su agenda.
También sabemos que buena parte de las ayudas aprobadas se pierden en los pasillos de la burocracia y la corrupción tanto en los países emisores como en los receptores de las ayudas.
Hay muchas cosas que podemos hacer con voluntad y ética, y cualquiera de ellas será posiblemente preferible a ignorar el problema o encogerse de brazos.
A nivel individual podemos ser conscientes de las dimensiones de la miseria, en el mundo y sobretodo en nuestro entorno inmediato. También podemos conocer y contribuir a mejorar las medidas que se estén tomando a nivel local. Y sobretodo podemos colaborar creando vínculos y relaciones tendientes a eradicar la exclusión social, el factor más cruel de la miseria.
A nivel colectivo debemos buscar vías de presión para que los gobiernos prioricen la eradicación de la miseria en sus presupuestos. Al fin y al cabo gestionan un capital y unos recursos públicos que compartimos. También deben existir maneras de presionar al capital privado. Al fin y al cabo unos y otros existen gracias a que existimos como contribuyentes y consumidores.
Por lo que respecta a las políticas económicas a medio plazo, seguramente se pueden ensayar modelos de distribución que garanticen repartos de riqueza que permitan vivir a todos con dignidad. Dar con estos modelos requiere investigación y recursos, pero si se están encontrando recursos para la investigación genética o la carrera espacial... ¿Qué argumentos hay para no destinarlos a la lucha contra la miseria?
Una vez más, la puerta cerrada se encuentra en el ámbito de la ética y los intereses, y no en el de la estricta economía. Porque ¿a quién le conviene que se encuentren esos modelos económicos de mejor distribución de riqueza? Por supuesto no a quienes se están enriqueciendo con los actuales modelos.

martes, 6 de mayo de 2008

Cárcel para quien dé dinero a los mendigos

*El nuevo gobernador de Yakarta (Indonesia) ha prohibido la limosna.

*Penas de hasta dos meses de cárcel y multas de más de 2.000 dólares.

El nuevo gobernador de Yakarta, Sutiyoso, ha prohibido que se dé dinero a los mendigos bajo penas de hasta dos meses de cárcel y multas de más de 2.000 dólares, informaron hoy los medios locales.

*Más prohibiciones

Además ha proscrito comprar a los vendedores ambulantes, distribuir propaganda y vivir en espacios públicos, como debajo de los puentes, unas normas que Sutiyoso sostiene servirán para "poner orden", según publica el diario 'The Jakarta Post'.

La regulación tiene lugar poco antes del comienzo del mes santo de Ramadán, en el que la generosidad de los musulmanes aumenta pues la limosna es uno de los cinco pilares del Islam, junto con la profesión de fe, el ayuno, la oración y la peregrinación a La Meca.

El gobernador de la capital de Indonesia también espera un comportamiento civilizado de los ciudadanos, por lo que ha prohibido arrojar basura al suelo, pegar chicles en los bancos, fumar en el transporte público o los fuegos artificiales.

Las multas de más de 2.000 dólares por colaborar con la mendicidad, una cantidad muy elevada en un país donde el salario mínimo es inferior a los cien dólares mensuales, pueden aumentar hasta más de 5.000 dólares para quienes obligan a niños o adultos a pedir en las calles.

*'Trucos' para ayudar

Durante el Ramadán, un tiempo de "compartir" para los musulmanes, los que quieran dar dinero a los más necesitados tendrán que recurrir a otros mecanismos.

Varias iniciativas privadas intentan hacer de intermediarios, como los supermercados Hero e Hypermat, que aceptarán en sus mostradores donaciones que luego repartirán entre las comunidades pobres de la capital.

Las ONG calculan que un tercio de los nueve millones de habitantes de Yakarta vive sumido en la pobreza.

Acabar con la mendicidad infantil a través de guarderías y talleres

La ciudad de Córdoba tiene intención de acabar con la mendicidad infantil y para ello acaba de activar un plan que ya fue utilizado el año pasado. Se trata de recoger a los niños que se encuentren mendigando en la ciudad y posteriormente remitirlos a un aula infantil.

Para esta labor, la Unidad de Intervención Social de Calle de la ciudad cuenta con distintas ayudas, como educadores, traductores o monitores que se encargarán de buscar meticulosamente por la ciudad a los niños que se encuentren mendigando, remitiéndolos después al aula que hemos mencionado. Tras este paso, el niño entrará en la red de guarderías públicas de la provincia de Córdoba. El año pasado se consiguió librar de la mendicidad a un total de 28 niños, un hecho loable sin duda.

Este tema nos hace pensar en cómo algunas redes mafiosas utilizan a los niños para mendigar y obtener beneficios o padres desaprensivos que los utilizan con el mismo fin. Pensamos que prácticamente todos los niños mendigos son producto de la falta de escrúpulos de los adultos, al menos en nuestro país.

Jóvenes, nuevo perfil de personas sin hogar

En los períodos 2004 y 2005 se llevó a cabo un estudio descriptivo de los usuarios del centro de Acogida e Inserción de Alicante, dónde se observa un incremento de la población en el intervalo del año 2003 al 2005 de la gente con edades comprendidas entre 18 y 30 años.

Durante el año 2004, 1686 personas hicieron uso de algún programa del centro, el 22.5% de la población era menor de 30 Años de edad. Durante el año 2005 esta cifra se eleva tanto en el número de personas atendidas (1816 individuos) como la cifra de jóvenes menores de 30 años, que asciende al 29.42%, de estos datos se observaron que prevalecía el hombre sobre la mujer con una diferencia de un 50%.

En las entrevistas de corte sanitario que se llevaron a cabo se pudo observar los siguientes problemas:
*Conductas adictivas.
*Salud Mental.
*Inmigración.
*Estilos de vida.
*Familias desestructuradas.
*Usuario sin redes de apoyo.

De una población de 347 personas entrevistadas en consulta de enfermería el 45.14% declaró tener problemas de conducta adictiva, siendo el 42.96% de esa población policonsumidora (consumo combinado de cocaina, opiáceos, benzodiazepinas, cannabis y/o alcohol).

El 15.75% de los entrevistados tenía algún problema de salud mental diagnosticado.

Sólo el 12.63% solicitó expresamente ayuda para cambiar estilos de vida.

El perfil de las personas sin hogar

Según datos de diciembre de 2005 del Instituto Nacional de Estadística español, el 82,7% de las personas sin hogar son varones. La edad media de este colectivo es de 37,9 años y sus ingresos medios son de 302 euros al mes.
Además:
*Toda de esta población tiene hijos (46%), aunque sólo una décima parte vive con ellos.
*El 30% de las personas sin hogar es abstemia y nunca ha consumido drogas.
*El 37,5% lleva más de tres años sin alojamiento propio.
*La mitad de la población sin hogar busca trabajo.
*El 51,8 % son españoles y el 48,2 % extranjeros
*Los extranjeros sin hogar llevan, de media, tres años y siete meses en España y un año y once meses en la comunidad autónoma donde se les ha localizado.

CAUSAS DE LA MENDICIDAD

Se suele incidir en que las razones por las que estas personas se encuentran en esta situación son rupturas de lazos de tres tipos:
Ruptura de lazos familiares y personales. No tienen una relación habitual o no mantienen ya ningún contacto con su familia directa e indirecta. Puede deberse a la muerte de uno o varios miembros, a una pelea familiar, a la distancia que les separa, a una adicción, a una enfermedad o trastorno físico o mental, etcétera.
Ruptura de lazos laborales. Las personas sin hogar no tienen empleo o no tienen un empleo fijo que les proporcione ingresos estables. Aunque, probablemente, lo tuvieron. Se calcula que un 10% de estas personas tiene incluso estudios universitarios.
Ruptura de lazos sociales. La persona sin hogar (antes o después de serlo) puede perder sus amigos o puede tener dificultades institucionales (problemas judiciales o con la policía). Puede ser un proceso gradual o una ruptura brusca porque sus amigos le den la espalda al no aceptar su indigna situación.

En psicología suele denominarse a estos acontecimientos "sucesos vitales estresantes". Se trata de rupturas que pueden y suelen caracterizarse por tres rasgos:
Son encadenadas, es decir, una ruptura puede conducir a otra. Por ejemplo, la pérdida del trabajo puede provocar que la persona pierda los lazos familiares o, a la inversa, una fuerte ruptura familiar (por una muerte, una pelea, un maltrato, una adicción) le lleva a la persona a perder también el trabajo por no poder realizarlo correctamente debido a sufrir una profunda depresión.
Son traumáticas. Provocan un alto sufrimiento psicológico en la persona, de manera que su voluntad puede verse de tal manera debilitada que no encuentra motivación para volver a rehacer sus lazos y llevar una vida digna. Además, la vida en la calle suele agravar aún más esta apatía.
Son bruscas. Puede que la persona haya vivido varios grandes traumas encadenados y alejados en el tiempo durante su vida, pero probablemente uno de ellos le lleva directamente a la calle. Es decir, vivir en la calle no es algo meditado, sino una solución precipitada para alejarse del dolor o la única opción tras ser expulsada de su lugar de residencia habitual.

Vivir debajo del umbral de la pobreza


Cáritas revela en un estudio que el desarrollo económico de la sociedad española ha aumentado, sin que se reduzca la vulnerabilidad de la infancia nacida en núcleos pobres

El secretario general de Cáritas Española , Silverio Agea, reclama la puesta en marcha de un sistema de protección familiar mucho más amplio en nuestro país para poder combatir la elevada tasa de incidencia de los niveles de pobreza que se dan entre la población infantil. De acuerdo con los datos recogidos en el informe "Familia, Infancia y Privación Social. Estudio de las situaciones de pobreza en España", impulsado por la Fundación FOESSA y Cáritas Española, uno de cuatro niños españoles viven por debajo del umbral de la pobreza, lo que supone que alrededor de 1,8 millones de niños viven en familias cuya renta mensual está por debajo de este umbral.

Junto a Silverio Agea, en la presentación de estudio participaron el responsable del Area de Estudios de Cáritas Española, Víctor Renes, y los autores de la investigación: Luis Ayala y Rosa Martínez, profesores de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, y Mercedes Sastre, profesora de la misma disciplina en la Universidad Complutense de Madrid.

Algunas de las conclusiones de la investigación señaladas por Luís Ayala, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos y coautor de esta investigación, confirman que los altos niveles de crecimiento económico registrados en los últimos años, tanto en el conjunto de la UE como en el caso específico de España, no han bastado para reducir sustancialmente las condiciones de vulnerabilidad y riesgo social de los niños pertenecientes a núcleos familiares pobres. En el caso de nuestro país llama la atención que pese a ser uno de los países del mundo desarrollado donde la incidencia de la pobreza infantil es más elevada, no se han diseñado programas específicos para rebajar su alcance ni se le ha dado a la lucha contra la pobreza y la exclusión social de los niños un lugar preeminente entre las prioridades de la intervención pública. Como paradigma de la lucha contra la pobreza infantil en Europa, destaca el caso del Reino Unido, donde la decidida política de protección familiar impulsada en la última década se ha traducido en una mejora notable de las condiciones de vida de la población infantil que estaba bajo el umbral de la pobreza.

Las estimaciones del estudio de Cáritas ponen de manifiesto que la tasa de pobreza infantil en España es mayor que la de la media de la población.

La tasa de pobreza infantil en España es mayor que la de la media de la población

Esta realidad es especialmente acusada en el caso de la pobreza extrema, que afecta mucho más que proporcionalmente a los niños y que corrobora que los menores no han sido los más beneficiados del ciclo expansivo vigente desde mediados de la década de los noventa.

Los principales factores que fomentan esta situación de vulnerabilidad de la infancia tiene que ver, sobre todo, con la fluctuación de la estabilidad laboral y de los salarios de los sustentadores de la familia y con el sistema de prestaciones sociales, cuyo actual modelo concede una menor protección relativa a la infancia que al resto de la población.


Casi uno de cada diez ha experimentado simultáneamente pobreza y privación persistentes, elevándose notablemente este porcentaje en el caso de niños que pertenecen a hogares de elevada dimensión o a familias monoparentales. El hecho, por tanto, de que las situaciones de pobreza y privación persistentes afecten de forma desproporcionada a las familias con niños en España permite subrayar la necesidad de políticas específicas de apoyo a los hogares con menores a su cargo, especialmente si se trata de familias numerosas o con un solo adulto al frente.

La infancia en nuestro país presenta, además, no sólo un mayor riesgo de pobreza que otros grupos de población, sino, también, una mayor cronificación de ésta y una probabilidad más elevada de encontrarse en esa situación en algún momento del tiempo. A diferencia de lo que sucede para la población total, cuando se comparan las cifras con las de la UE-15, la mayor extensión de la pobreza infantil en España se acompaña de una mayor duración en el tiempo. Son mayores, por tanto, las probabilidades de que el mantenimiento de altos niveles de precariedad en la infancia, más prolongados que en otros grupos, se traduzcan en dificultades sociales cuando los niños actuales se conviertan en adultos.

¿Qué es el umbral de la pobreza?

Según el INE, la línea de pobreza o umbral de pobreza se fija en el 60% de la media de la distribución de los ingresos por unidad de consumo adjudicados a las personas. En España, el valor del umbral de pobreza es de 6.278,7 euros al año. Los principales factores que fomentan esta situación de vulnerabilidad de la infancia ?tienen que ver, sobre todo, con la fluctuación de estabilidad laboral de los sustentadores de la familia y con el sistema de prestaciones sociales, cuyo actual concede una menor protección relativa a la infancia que al resto de la población?, señala la organización.

Datos alarmantes

Según el secretario general de Cáritas Española, Silverio Agea, el hecho de que estos resultados se hayan mantenido en un contexto general favorable para la mejora de las condiciones de los hogares con niños lleva a insistir en ?la necesidad de dotar de una intensidad protectora mucho mayor a la red de servicios y prestaciones destinadas a mejorar el bienestar de la infancia?.

  • Uno de cada cinco residentes en España vive por debajo del umbral de la pobreza
  • La tasa de pobreza es mayor en el caso de las mujeres (20,9%) que en el de los hombres (18,6%)
  • Los grupos más afectados por la pobreza relativa son las personas de 65 o más años (con una tasa del 29,4%) y los menores de 16 años (cuya tasa es del 24,2%), según la Encuesta de Condiciones de Vida 2005 del Instituto Nacional de Estadística (INE).



Un techo por derecho


Según Cáritas, en España hay cerca de 30.000 personas sin techo

La celebración del día de los “sin techo”, el domingo 21, nos proporciona una buena ocasión para reflexionar sobre la grave situación por la que atraviesa un gran número de personas, a pesar de su condición de ciudadanos de pleno derecho de un país económicamente desarrollado como es el nuestro. Una persona sin techo es aquella que carece y no tiene acceso a un alojamiento digno, estable y adecuado a su situación. Según esta definición, las personas a las que nos referimos no quedan reducidas solamente a los que viven literalmente en la calle, alternando con albergues nocturnos (“sin techo”), y a aquellas otras que están sin casa porque, por diversas circunstancias, se ven forzados a vivir en instituciones, centros de acogida o refugio, pisos tutelados, etc. Las cerca de 30.000 personas que, según el último estudio de Cáritas, se encuentran en esta situación en España, son solamente la punta de un iceberg sumergido de dimensiones bastante mayores.
E S PACIO EXCLUSIVO
Si consideramos que el hecho de tener un hogar incluye la necesidad de poder disfrutar de un espacio exclusivo (no compartido por obligación), que garantice nuestro derecho a la intimidad y facilite nuestras relaciones sociales, y que además reúna unas mínimas condiciones en relación con el espacio, la higiene y los servicios, tendríamos que añadir al número anteriormente citado el de aquellas personas que viven en alojamientos precarios (locales “ocupados”, pensiones ínfimas, en casa de amigos o familiares de manera temporal, en caravanas situadas en emplazamientos ilegales, etc.).
La persona sin hogar no nace, se hace. Es una situación a la que se llega por una serie de circunstancias que se encadenan. Las causas inmediatas son las que provienen de la pérdida de los tres soportes fundamentales que mantienen la vida de una persona: económico, afectivo y espiritual. El soporte económico se pierde por falta de trabajo, jubilación anticipada, pensión insuficiente, ruina empresarial, etc. El soporte afectivo falta en caso de ruptura conyugal, violencia domestica, disputas familiares, pérdida de amigos y de apoyo social después de crisis personales o por traslado de ciudad… El soporte espiritual se tambalea en las crisis psicológicas que pueden acompañar a etapas de la adolescencia, consumo de alcohol o drogas, ludopatía, enfermedad mental, etc. Habría que añadir aquí un nuevo soporte: el que
deben proporcionar las instituciones, y que no se da, en muchos casos, a la salida de la cárcel, de hospitales psiquiátricos y orfelinatos.
De la escasa participación de las Administraciones, nos da cuenta el hecho de que el 73% de los centros que atienden a las personas sin hogar son de titularidad privada, siendo las personas que trabajan en ellos voluntarios en su mayoría. La inversión pública en estos centros ha disminuido en cinco años de 18 a 12 euros por persona y día. Las prestaciones más frecuentes son la acogida, alojamiento, orientación y alimentación, siendo muy escasas las dirigidas a lograr la inserción social (talleres, orientación laboral y psicológica...).