martes, 13 de mayo de 2008

El 10% de los grandes quemados se producen entre los «sin techo»

No ha aumentado el número global de quemados, que cada año (186 en el 2007) se atiende en la unidad del Hospital Juan Canalejo, de referencia para toda Galicia, pero sí «los mecanismos y el perfil de los quemados», explica el responsable del servicio, Francisco Martelo Villar.
Una muestra de ello lo constituye uno de los últimos pacientes, una mujer que el pasado lunes sufrió lesiones importantes en cara y manos al encender una hoguera en el Cantón para tratar de calentarse. Evoluciona favorablemente, según indicaron ayer desde el centro, pero su casuística ya no resulta aislada. «El 10% de nuestros ingresos son de personas sin hogar o desatendidas, con adicciones al alcohol o las drogas». La disminución de conciencia por el consumo de tóxicos condiciona no solo que se produzcan las heridas- juegos con mecheros que acaban en incendio, cigarrillos que prenden fuegos... - sino que «las lesiones sean más severas porque no reaccionan con rapidez ante el agente que los está dañando, no se apartan del fuego o del humo de inmediato y las quemaduras son más extensas y más profundas», explica Martelo.
Características agravantes parecidas se producen entre las personas que sufren demencias, de las que también se recibe algún quemado en el hospital coruñés, aunque suelen ser pacientes mayores, frente a quienes son víctimas dentro de lo que Francisco Martelo relaciona con «situaciones de marginalidad, problemas de alcoholismo y drogadicción», generalmente en menores de cuarenta años.
Humo

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